UN ESPEJO INQUIENTANTE
Un sábado por la mañana estaba en el cuarto de baño, frente al espejo, peinándome para ir a casa de mis abuelos y más tarde ir de compras. Ese día probé a hacerme un moño, al terminar vi que mi imagen me hablaba:
– Pero qué demonios haces, no te pega nada ese moño, ponte el pelo suelto con una felpa- me dijo la imagen.
– ¡¿pero tú quién eres?!- dije realmente asustada.
– Pero mira que eres tonta... ¡soy tú!-me respondió
– pe-per-pero.... si yo sólo soy yo, tú no puedes ser yo...-le dije confundida
– Mira, que no te hagas líos que yo soy tú y punto- me dijo- estoy siempre que tú te miras en el espejo , pero hoy me he revelado debido a ese horrible moño...
– ¡Oye, que mi moño es bien bonito!... pero, ¿que hago yo hablando contigo?, además me tengo ir ya, luego hablamos...
– Vale chao.- me contestó
Al volver a mi casa no dudé en mirarme inmediatamente en el espejo, y como no ahí estaba ella, osea yo, o ella …. aunque me miraba mucho mi bolsa de ropa nueva :
- ¿Qué te has comprado?, enséñamelo- me dijo muy curiosa
– Algo de ropa, ¿quieres vérmela puesta?- le pregunté
– Claro que sí.- me respondió
Después de enseñarle toda la ropa, quedamos en que yo le propondría mi modelito antes de ponérmelo y ella opinaría, también quedamos en ser buenas amigas.
Al cabo de unos años me olvidé por completo de ella y dejé de pedirle consejo de ropa, hasta que un día en clase hablamos sobre moda y me acordé de ella, al terminar las clases corrí hacia mi casa y fui al cuarto de baño, me miré en el espejo y:
-Hola, ¿Paula?- pregunté a la espera de que mi imagen hablara, pero no sucedió.
Hasta hoy nunca la he vuelto a ver, pero aún lo intento.
Paula MADUEÑO
EL DÍA QUE DESCUBRÍ MI VALOREra el año 2024 y como cada mañana me dirigía a mis clases de la universidad absorto en mis pensamientos y no muy despierto todavía cuando me ocurrió un suceso que no olvidaré jamás.
Perdón, no me he presentado, mi nombre es Hugo y por aquel entonces yo tenía 21 años.
Como os iba diciendo, yo era universitario y no muy bueno por cierto.
Un lunes por la mañana mientras atravesaba el parque de camino a clase, algo golpeó con fuerza unos matorrales que tenía a unos metros de mí, me acerqué a ver de qué se trataba. Al cogerlo vi que era una piedra envuelta con un papel y me enfadé mucho pensando que aquello podría haberme golpeado. Quité el papel y lo abrí, no podía creerlo, era una nota de socorro.
“ Ayuda no puedo moverme, estoy en la casa encantada “
Aquello me hizo pensar otra vez en mi infancia cuando jugaba con mis amigos a ver quién tenía valor de entrar en la casa encantada, era así como todo el mundo la llamaba. Llevaba muchos años abandonada y siempre contaban historias de miedo sobre ese lugar.Nunca fui capaz de entrar cuando era un chaval, me daba terror solo acercarme a la puerta, aun así decidí armarme de valor y echar un vistazo pensando que se trataría de una broma.
Llegué hasta la entrada golpeé la puerta con fuerza por si alguien me respondía, y así fue, una voz lejana me pedía ayuda de nuevo. Sin pensarlo me decidí a entrar, ya que la puerta estaba rota y no cerraba bien.
-¿ Hay alguien aquí ? - grité con fuerza.
-¡¡¡Ayuda, ayuda !!!
Fui corriendo hasta una habitación de la casa de donde provenían los gritos de auxilio y al entrar descubrí a un anciano tirado en el suelo y con un aspecto muy desaliñado, le pregunté qué le pasaba y me dijo que se había caído y no podía moverse. Yo lo tranquilicé y llamé a una ambulancia que no tardó mucho en llegar.
Al parecer se trataba de un mendigo que hacia pocos días que vivía allí.
La ambulancia lo llevó al hospital y no supe nunca más de el, pero ese día lo recordaré siempre como el día en el que descubrí mi valor y no lo digo por haber entrado en la casa encantada, sino por haber ayudado a alguien que lo necesitaba de verdad.
Jorge MARTÍNEZ
UNA BICICLETA MUY ESPECIAL
El 19 de Septiembre fue el cumpleaños de Clara, hacía un día muy agradable y soleado. Su familia y ella se encontraban en el campo celebrándolo.
Después de apagar las velas y tomarse la tarta, llegó la hora de abrir los regalos.Su regalo favorito fue una bici azul que le regaló su abuela. Clara desconocía que era mágica y volaba, aunque sólo si decías unas palabras mágicas : "hip, hip, uh".Descubrió que volaba un día en el parque, cuando de repente, dijo esas palabras durante una carrera de bici con sus amigas. La bici empezó a volar y la llevó a un mundo imaginario donde todo era a su gusto, nadie podía darse cuenta de que había desaparecido, era como si el tiempo se parase para el resto de las personas.
Cuidó esa bicicleta como su tesoro, durante mucho tiempo, y siempre que podía corría y corría con ella, hasta desaparecer en ese lugar. Pero llegó un día en el que dejó de utilizarla, le interesaban otras cosas, se había hecho mayor.La bicicleta se sentía vieja y aburrida, pero lo peor era que su magia se perdía poco a poco.Un día Clara fue al desván a por el árbol de Navidad, al cogerlo vió que éste estaba enganchado en algo, era ella, su antigua bicicleta.
Lo del enganche no fue casualidad, ocurrió para poder volver a estar con la niña, que ya no era tan niña. Clara al ver la bicicleta se asombró porque no la encontraba desde su quince cumpleaños, y habían pasado ya un montón de años. Fué de nuevo su mejor regalo desde hacía mucho tiempo y en esta ocasión por Navidad.Desde entonces Clara mantiene su bici, la cuida, da sus paseos con ella y desaparece a ese mundo mágico suyo. Algún día se la regalará a sus hijos y su magia nunca se perderá.
Carmen GUZMÁN
Gracias paula
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