Ya hemos terminado de leer la novela El cementerio del Capitán Nemo.
La pasada semana hicimos en clase distintas actividades en torno a esta lectura. La última actividad propuesta decía así:Ahora tú te vas a convertir en escritor, en escritora. ¿Cómo sería la historia de Miguel a partir del momento en que, con catorce años (año 1964), viajó desde las Islas Baleares hasta la Península para continuar sus estudios? Haz un breve resumen de qué fue de su vida desde entonces.Vuestras respuestas han sido muy interesantes. Ofrezco a continuación algunas de ellas:
Miguel conoció a mucha más gente, uno de ellos, Juan. Fue su mejor amigo hasta que por razones del trabajo de su padre se tuvo que mudar al extranjero. Estuvo estudiando mucho, sacó nueves y dieces. También tuvo sus aficiones y sus hobbies. Además estuvo con otra chica que se llamaba Sara. A los 17 años empezó su carrera. Quería ser geólogo. Y encima se le daba bastante bien porque aprendió mucho de su abuelo. De los fósiles, los peces, los pájaros...
Después se fue haciendo famoso porque ganaba muchos premios: de ciencias, de geología etc. Entonces fue cuando se murió su abuelo. Lo pasó muy mal y estuvo bastante tiempo triste y deprimido. Pero al final consiguió olvidar un poco la muerte de su abuelo y salir hacia delante.
A los 23 conoció a Victoria, que fue su siguiente novia después de Sara. Le fue muy bien con Victoria, incluso a los 29 años se casaron.
Siguieron pasando los años y tuvieron hijos. Cuando ya fueron más grandes sus hijos, un día uno le pidió a Miguel que si podían visitar a su abuelo (el padre de Miguel). Justo en ese momento se quedó pensando en su abuelo y le entraron ganas de volver al pueblo. Al cabo del tiempo consiguió permitirse que Victoria se quedara con los niños y se fue. Llegó al pueblo y fue a visitar la tumba de su abuelo...
Daniel Juberías
Cuando Miguel volvió con sus padres a los 14 años , empezó a estudiar mucho y se hizo cuidador de personas mayores porque se acordaba de su abuelo y quería ayudar a los ancianos. Durante muchos años ahorró mucho dinero, para poder montar una residencia de ancianos, a la que llamó “La casa de mi abuelo” y todos los ancianos que vivían en su residencia eran muy felices y querían mucho a Miguel.
Andrea Álvarez
Después del último verano en el pueblo de su abuelo, Miguel tuvo que volver a su casa en la ciudad.
Al cabo de unos años Miguel decidió estudiar lo que su abuelo le había enseñado desde pequeño: geólogo; se presentó a las oposiciones, pero no consiguió pasar el examen, porque era una nota muy elevada. Miguel tenía una mujer llamada Rosa y un pequeño hijo llamado Tomás. Estaba en paro pero tenía un amigo (Luis) que se dedicaba a eso de la geología y le consiguió un pequeño trabajo en una oficina.
- Miguel, tengo que decirte que en esta oficina no ganarás mucho, pero, por lo menos no estarás en paro.- le dijo Luis a Miguel.
- No importa, Luis, en estos tiempos no puedo pedir mucho, además tengo que mantener a una familia.-contestó él.
-Vale, recuerda que empiezas mañana a las nueve.
Cuando Miguel llegó a su casa miró el ordenador y tenía un mensaje de sus ancianos pero tecnológicos padres: “Miguel hijo, recuerda que pasado mañana es el aniversario de la muerte de tu abuelo, dijiste que irías a visitarlo al pueblo”.
Entonces Miguel lo recordó y sobresaltado salió de su casa para comprar los billetes de avión hacia Mallorca. Miguel vivía en Asturias y tenía que darse prisa para llegar a tiempo y poder visitar la tumba de su abuelo.
Cuando llegó allí...
Paula Maldonado
Miguel se fue del pueblo y viajó a Madrid para seguir sus estudios y desde entonces su vida dio un vuelco.
Un día, caminando por la ciudad, se encontró con una persona que le resultó muy familiar. Era María.
Cuando se dio cuenta le dijo:
- Hola María. ¿Te acuerdas de mí?- Hola. ¿Tu eres Miguel, no?. ¿Cómo estás? - Muy bien ¿y tú? - Yo bien. Llegué a Madrid el año pasado para terminar mis estudios de periodismo.- ¿Qué te trae a tí por aquí, Miguel?- Yo también estoy aquí para terminar mis estudios. - Me alegro mucho haberte visto. Espero que termines tus estudios y nos volvamos a ver algún día- dijo María.
- Igualmente te digo María. Adiós y espero que nos volvamos a ver.
Pasaron más de cuarenta años y Miguel volvió al pueblo. Fue al cementerio donde enterraron a su abuelo y se vio en el reflejo de la fotografía que había en la lápida. Toda su vida le pasó en un momento por su mente y recordó su infancia. Tras estar un buen rato allí, se acordó de María y decidió que cuando llegase a casa la llamaría para ver cómo estaba.
Nacho Gil
Cuando Miguel regresó a España, después de mucha tristeza y pena por la muerte de su abuelo, le apeteció buscarse un trabajo. Como le gustaban tanto la geología y los pájaros, decidió hacerse geólogo. Así recordaría a su cementerio de caballitos de mar y animales marinos, su caparazón de tortuga y, sobre todo, el fósil de caracola antiquísima por el que le dieron su primer beso.
Viajó también a otros sitios de España, donde estudió la naturaleza y las aves. Después de darle muchos premios por todos sus conocimientos, quiso viajar al extranjero para seguir estudiando todavía más. Allí, conoció a una muchacha, y se enamoró de ella. Al pasar el tiempo, se hicieron novios, se casaron y formaron una familia. Miguel siempre le hablaba a sus hijos del abuelo (el abuelo de Miguel), y también les contaba historias de su niñez y adolescencia. Como desde que lo enterraron, no iba al pueblo de su abuelo, decidió ir a visitar su tumba, después de tantos años. Al llegar, le vinieron a la memoria todos sus recuerdos, y empezó a contárselos a sí mismo.
María Gómez
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